El Gran Circo Acrobático de China no deja indiferente a nadie. Podrás haber visto pocas o muchas funciones de circo, clásicas o modernas, pero el lienzo que dibujan sobre el escenario sus protagonistas, es especial. Un lienzo de acrobacias, malabares, música, color, contorsiones imposibles y coreografías sorprendentes y milimétricamente diseñadas y ejecutadas para adaptarse al rigor de un escenario.
Y es que se trata de una función de circo distinta, poco habitual. Cambiar la carpa por el escenario de un teatro tiene que ser todo un reto para ellos (es posible, que el más difícil todavía); como espectador tienes la sensación de que les falta espacio para desplegar su arte y su «creación» pero por otra parte, desde la séptima fila de un patio de butacas, te sientes privilegiado porque este formato original nos brinda la oportunidad de ver de cerca lo imposible.
Nadie va a ciegas. La mayor parte del público sabe de antemano que los artistas del Gran Circo Acrobático son deportistas de altura, algunos medallistas olímpicos y otros, procedentes del archiconocido Cirque du Soleil. Aún así sorprende. ¡Bravo!