El mensaje es de esas obras de teatro en las que puede suceder cualquier cosa, en la que los giros inesperados son constantes y en la que las reflexiones irán calando en el espectador, poco a poco.
La premisa de la obra es buena y engancha, pero me quedo con todo lo que nos enseña la obra, con todo lo que esconde el texto entre esas sonrisas, risas o carcajadas del espectador. Los secretos juegan un papel importante en la obra, además que eso hace que el público esté pendiente de cada detalle y de cada gesto.
Hablando de detalles, ya es la segunda obra que veo en la que se unen medios tecnológicos actuales junto al elenco, para dar forma a la trama de una manera un poco distinta a lo que estamos acostumbrados a ver. Creo que esta unión entre la pantalla, en esta ocasión, y los diálogos entre las protagonistas dan frescura y agilidad a la obra.
Natalia Millán, Ana Azorín, Inés Kerzan, Ángela Peirat y Carlos Seguí son los protagonistas de esta comedia y aunque todas están muy bien en sus roles, tengo que confesar que Natalia y Ana me han cautivado con sus personajes. Ana y Natalia con diferentes estilos interpretativos, diferentes maneras y distintos tonos de voz serán las encargadas inconscientemente de desvelarnos: el secreto.
Una original obra con dirección y dramaturgia de Ramon Paso, que nos invita a reflexionar sobre muchas cosas de nuestra vida cotidiana, de cosas que vamos arrastrando desde hace tiempo…