Me gustan las obras de teatro a caballo entre el drama y la comedia lo que se suele llamar como: la dramedia.
Me siento incómoda con la crítica social, pero porque siento que de algún modo u otro no hago nada para cambiar el mundo y en muchos casos soy como una oveja.
Con el rey tuerto con texto de Marc Crehuet y dirigido por José Luis Sixto me ha ocurrido algo curioso y es que venía de varias decepciones teatrales y pensaba que no disfrutaba de las producciones por estar con cortocircuitos laborales, pero te ponen ante un texto tan increíble como es este, una dirección exquisita y un elenco como son: Álvaro Puertas, Nacho Redondo, Silvia Vacas y Angela Chica y te reseteas mentalmente en un abrir y cerrar de ojos.
¡Qué texto tan mordaz y tan vivo! ¡Qué elenco tan lleno de gracia!
Muchos que vean la obra dirán ¡bah, eso lo haría yo! pero me gustaría ver a esas personas interpretando y yendo de la comedia, al drama en un sólo segundo y sobre todo sabiendo en que instante tienes que dar un golpe sobre la mesa y cómo lo tienes que dar para crear ese impacto en el espectador.
Un antidisturbios, un hombre que ha perdido su ojo en una manifestación , una chica que intenta crecer haciendo lo que puede y otra que lo tiene todo.
Una comedia grotesca con un texto que si el elenco no hace suyo, como que la obra inmediatamente los devora.
En el rey tuerto nos encontramos ante varias realidades que pueden ser y parecer surrealistas, pero nada más lejos de la realidad. También nos hayamos ante varias decisiones que están tomadas en frío y en caliente, pero todo esto amenizado por una gastronomía original, divertida y atípica.
Es una obra fácil de spoilear, pero la premisa es sencilla en apariencia: ¿Qué harías si fueses a cenar y te encontrases con la persona que te ha dejado sin ojo por defender tus derechos?
Una premisa que a todos y todas nos suena de haberlo leído en los periódicos o de haberlo visto en las noticias, pero que conforme pasa el tiempo se deja de escuchar, leer, saber, etc.
En la obra se habla de muchas cosas y tenía miedo de que todos los temas que salen a colación se quedasen en agua de borrajas, pero todos los temas candentes salen a escena y son tratados y cerrados entre los personajes.
Hablando de Álvaro Puertas, Nacho Redondo, Silvia Vacas y Angela Chica es que ellos se crecen por momentos y cada uno en su papel tiene su peso, pero remando en la misma dirección y creando una sinergia muy bonita sobre el escenario.
Es bonito ver como una biblioteca es el lugar elegido para dar vida a la obra, pero también es genial ver como la gastronomía y otros detalles importantes cobran vida ante el espectador.
Es decir: en muchas producciones dicen que van a comer y echamos imaginación a la comida, pero aquí todo se ve, se huele y me ha sorprendido.
Necesitaba ver una propuesta artística como es el rey tuerto y necesitaba volver a sentirme incómoda en mi butaca.
De mis obras favoritas en esta temporada.