En la ecléctica programación del Teatro Bellas Artes brillan, a veces, gemas singulares. Con sus incursiones en el territorio clásico, la factoría Cimarro muestra sensibilidad por las envidiables raíces de nuestra escena actual. Tras los escasos fastos del centenario de Cervantes, la Fundación Siglo de Oro, la UNIR y el teatro Bellas Artes se lanzan ahora al ruedo con una apuesta no muy conocida de nuestro sí conocido alcalaíno, “El Rufián Dichoso”.
En esta producción hay buena dicción del texto, buena interpretación, buena dirección escénica, todos ellos presupuestos imprescindibles de un clásico que se precie. Las actualizaciones no chirrían en este montaje de educada bondad con el que Cervantes se suma a un género que suena a épocas remotas: las comedias de santos. Como adalid de la libertad, narra las etapas del proceso vital que lleva a Cristóbal de Lugo, juerguista desalmado, a convertirse en Fray Cristóbal de la Cruz. Aparecen de nuevo los temas centrales de su creación: la regeneración, el deber moral, la eterna confrontación libertad-destino y la lucha frente al deseo y el determinismo.
La escenografía es una estructura eficaz que nos otorga espacios y volúmenes en busca de mayor dinamismo, juega igualmente con proyecciones para situar en los lugares donde transcurre la acción. El vestuario es cuidado y adecuado. Continuar leyendo en …. TRAGYCOM