Si esto fuera una crítica gastronómica, habría que hablar de una delicatessen. La fundación Teatro de la Abadía lleva varios años fomentando un proyecto singular para los tiempos que corren: ir poniendo en escena sucesivamente los entremeses de Cervantes. Y lo hace siempre con unos espectáculos muy cuidados, de gran calidad técnica y escénica, y presentados habitualmente en el Corral de Comedias de Alcalá. En esta nueva entrega, las obras seleccionadas han sido dos joyas de la dramaturgia breve cervantina, La elección de los alcaldes de Daganzo y El juez de los divorcios, agrupadas por el autor y adaptador, Abel González Melo, bajo el título de Elecciones y Divorcios.
El espectador de estos entremeses va a disfrutar de nuevo con el humor cervantino, suave, pero con carga de profundidad, que disecciona los problemas sociales de la época bajo una sutil capa de ironía. La política y los políticos de la época son el blanco de La elección de los alcaldes de Daganzo, obra de base histórica al parecer, en la que los encargados de la elección proponen que se examinen los candidatos al cargo de alcalde, del mismo modo que se examinan los artesanos de otros gremios. El resultado no puede ser más demoledor: las únicas cualidades que son capaces de aducir los candidatos son su analfabetismo, su alcoholismo o su brutalidad, eso sí, todos ellos cristianos viejos, faltaría más (la puesta en escena ha convertido acertadamente a estos cuatro candidatos en muñecos); ni el mismo jurado se libra de las críticas, pues aparte de andar siempre a la gresca por nimias disputas, descartan por utópico al único candidato que propone un sensato programa basado en la justicia y en la comprensión. En El juez de los divorcios los protagonistas son cuatro parejas que por diferentes motivos plantean romper su matrimonio. Cervantes nos está hablando aquí de la vida conyugal cotidiana de la época (¿solo de aquella época?) y se pregunta si problemas como la incompatibilidad de caracteres, los problemas económicos, el casamiento de conveniencia o la diferencia de edad pueden resolverse con el divorcio. Y hay que destacar también el elemento elegido para engarzar: un fragmento de la comedia Pedro de Urdemalas que es un elogio de la profesión de actor.
A esta delicatessen contribuye todo: aparte del propio escenario del Corral, la escenografía, la luminotecnia, la música (interpretada en directo por Antonio Dueñas, que también actúa) y, sobre todo, los personajes de la Commedia dell’Arte que encarnan Dayana Contreras, Daniel Migueláñez, Rey Montesinos y Montse Simón. Entre los cinco actores son capaces de dar vida ¡a nada menos que diecisiete personajes! Y todos ellos vivos, ágiles y divertidos… Lo dicho: ¡acudan cuanto antes a saborear esta delicatessen escénica!