Nostalgia pura

Éramos unos niños que escuchaban música en su cuarto

Éramos unos niños que escuchaban música en su cuarto
10/02/2021

Madrid como laboratorio de creación artística siempre ha estado a la vanguardia, pero también es verdad que muchas personas al escuchar hablar del teatro no convencional se asustaban y huían en dirección contraría. Desde hace algunos años me he venido topando con obras que se salen de lo común, que rompen estereotipos y que unen muchas disciplinas artísticas al mundo de lo audiovisual.

Éramos unos niños que escuchaban música en su habitación es poesía, es nostalgia, son estribillos que tarareas inconscientemente, son himnos que hacen que se te ponga la piel de gallina, son canciones que escuchas una y otra vez, etc. Esta producción artística es muchas cosas, pero sobre todo es original y esta repleta de giros sorprendentes y es delicadeza pura.

Es cierto que al entrar por la puerta de la sala estaba descolocada, porque la sinopsis de la obra es muy enigmática y no te muestra la verdadera esencia de la obra.

Cierras los ojos por un momento y te invaden muchas cosas. No puedo describir con una sola palabra lo que es éramos unos niños que escuchaban música en su habitación, pero se nota el trabajo de investigación, el trabajo de recopilación datos, se siente en cada palabra que tanto Itziar Manero y Carlos Pulpón hacen una obra que les apasiona y son capaces de transmitirlo al público en muchos de los instantes.

No conocía a la compañía Quemar las Naves Artes vivas, pero han hecho un trabajo tan original, que todavía no sé ni que decir.

Éramos unos niños que escuchaban música en su habitación no es un espectáculo complicado de entender, pero son tantas cosas de las que nos hablan que me he tomado mi tiempo para reflexionar e incluso nada más llegar a casa de ver la obra, me puse a escuchar a Lou Reed, Patty Smith,etc.Un paseo precioso por el mundo de las palabras y la música, hecho teatro.

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