El texto de Antonio Rojano, premio Lope de Vega 2016 es un puzzle que no da tregua al espectador. ESO es teatro del que mola, el que considera al espectador un ser inteligente capaz de pensar por sí mismo sin necesidad de servirle respuestas enlatadas. Las piezas de este rompecabezas irán tomando forma mientras en escena vemos pasar y solaparse distintos tiempos, espacios, parejas y recuerdos tanto pasados como futuros.
La aventura vital de los dos protagonistas es complementaria y necesaria la una con y por la otra. Erika trata de olvidar un amor roto y Balzacman trata de recomponer el recuerdo. Olvido y recuerdo, lo mismo da. Las piezas, vengan de donde vengan y vayan a donde vayan son caprichosas. El recuerdo lo creamos sobre la marcha a nuestra conveniencia. Pura supervivencia. O pura autodestrucción. Una busca olvidar, el otro recordar, dar sentido a la ausencia. Dos vacíos unidos y solapados a otros dos, a la pareja moribunda. Fértil pero moribunda. Él la busca pero ella hace tiempo que no está.
Brillantísima puesta en escena firmada por Víctor Velasco. Espacio escénico asombroso de Alejandro Andújar iluminado magistralmente por Lola Barroso. Espacio sonoro del genio Luismi Cobo y con un cuarteto actoral de quitarse el sombrero. Sandra Arpa, David Fernández y brillando con luz propia Irene Ruiz y un grandioso Francesco Carril. INCONMENSURABLE.
ESTO es teatro del bueno, del grande, del que debe tener una vida larga y espero que la tenga. Sólo una pega; que estén en la sala pequeña, este espectáculo merece sala grande, grandísima, enorme, un escenario descomunal para un espectáculo descomunal.
Si pinchas AQUÍ podrás leer el comentario que he escrito en mi blog, desdeelpatio.