Como marionetas atrapadas en su escenario así viven los personajes atrapados en su oscura y cruda realidad. Viaje a través de la existencia de estos personajes que no dejan indiferente a nadie, que nos permiten ver sus luces y sus sombras, y como las circunstancias apagan cada vez más las primeras cobrando protagonismo las segundas.
La dureza de algunas escenas y crudeza de ciertos momentos se aligera con toques de comicidad y el marco de la magia de su creación escénica y trabajo actoral mediante el cual nos permiten disfrutar de personajes complejos llenos de matices.
El elenco al completo excelente, destacando el trabajo de Laura Pizarro. Muy recomendable para quiénes están dispuestos a ver sin filtros lo que fue.