Pleno de nuevo. Le he preguntado y me ha dicho que cinco aplausos de cinco. Y eso que la pequeña espectadora aún no ha cumplido los 10 años (edad recomendada del espectáculo) y que era su segunda ópera en el Real Teatro de Retiro. Confirmado. A los peques, también les puede gustar y sorprender la ópera aunque no entiendan el espectáculo al 100%. He de decir que yo tampoco lo he hecho y seguramente los jóvenes de 15 a 20 años me hubieran dado mil vueltas como espectadores en esta versión de Hansel & Gretel. Y es que las redes sociales tienen su propio lenguaje y los padres y madres no siempre alcanzamos «el nivel». Pero entendemos de otras cosas, de la vida real y sobre todo hemos crecido con cuentos como el protagonizado por estos hermanos y sabemos que las apariencias engañan.
Las brujas pueden ser Barbies y las Barbies pueden ser brujas. Esto es así y tenemos que ser consientes. Conscientes también de que vivimos en un mundo globalizado, hiper conectado, en el que los ciudadanos nos dejamos hipnotizar por las redes sociales, nos dejamos llevar en ocasiones por un consumismo desmedido y también por unos influencers que acaban siendo víctimas de sí mismos. Pero no se trata de demonizar las redes sociales y el «mundo moderno» sino de entender sus riesgos, reconducir nuestras actitudes y entender el potencial que pueden tener esas redes y esa tecnología para aprovecharlas a nuestro favor. Porque Malala Yousafzai y Greta Thunberg también son influencers del siglo XXI y aunque no digan eso de «Se vienen cositas» también tienen millones de admiradores en todo el mundo.
Por todo ello, es importante que a una función como la de Hansel & Gretel, los adultos vayan acompañados de los jóvenes y pequeños de la familia. Para poder entenderlo todo o al menos, casi todo. Y también es importante que estos jóvenes y niños tengan a sus padres cerquita a modo de «apuntadores» para entender la dimensión de lo que están viendo y lo que está representado a través del teatro y en este caso de la ópera de Humperdinck, versión de Pedro CHamizo. Y en este mundo en el que vivimos rápido y cuando acaba una función ya estamos pensando en qué vamos a hacer después, es un detallazo y una oportunidad, que los artistas completen la experiencia teatral con unos minutos de reflexión junto al público. ¡Bravo!
Por lo demás, os animo a disfrutar de esta otra forma de contar historias que tiene la ópera, de la música de piano en directo y aprovechad Hansel & Gretel como punto de partida para una larga y fructífera conversación con los jóvenes de la familia. Merece la pena. Es una gran oportunidad.