La compañía Tinoní Creaciones cuenta con una amplísima experiencia en musicales de pequeño formato. Y se nota. Aunque en el título promete que algunas de las historias no pican, lo que sí que provocan es un ataque de risa tras otro. La comedia es ritmo y el director y creador Julián Salguero lo sabe. Cada historia funciona como un reloj perfectamente ajustado a base de gags y risas del público. El texto de Salguero no deja ni un chiste sin su remate, ni una broma flotando en el aire. La compañía toma elementos de nuestro imaginario, los mezcla, los agita fuerte y nos los estampa en la cara en forma de comedia irreverente y alocada. ¿Qué hace Esperanza Gracia en el espejo de la Reina Malvada? ¿Cómo ha llegado «La chica de la curva» al cochazo de ese actor? Hay que pasar por el Teatro Soho para descubrirlo…
La música, compuesta por Julián Salguero y Adrián Marcos es pegadiza y alegre como si estuviéramos en cualquier musical de gran formato en la Gran Vía, pero con un toquecito más de mala baba y mucha complicidad. Junto al polifacético Salguero, que también actúa, canta y baila en la propuesta, destaca el trabajo de una impecable Estefanía Rocamora que mide cada gesto y que parece llevar la comedia en sus venas. El versátil Miguel Ángel Jiménez hace maravillas con rapidísimos cambios de registro y un gran sentido del humor. En definitiva, se trata de un trío infalible que, sin duda, ha compartido muchas, muchas horas de escena.
La escenografía de Lucía Setuain, que parece sacada de uno de esos cuentos de terror, se transforma constantemente y acompaña al elenco a través de la oscuridad y las sombras en los momentos más terroríficos y con salidas surrealistas en las escenas más cómicas. ¡No se la pierdan!