El recuerdo y todo ese de universo de nostalgia que éste trae consigo nos remueve algo imperceptible, pero terriblemente poderoso, que tiene que ver con nuestra raíz y razón de ser en el mundo. Teñido de esa idea del éxito, de lo que pudo ser y no fue, y de esa carrera de fondo de todos aquellos que buscan su gran momento, Hoy puede ser mi gran noche, de ese dúo creativo tan prolífico como completo formado por Noemí Rodríguez y Andrea Jiménez, Teatro en Vilo, nos teletransporta con una escena casi desnuda a la imperdible década de los años 90: Ese caldo de cultivo de orquestas gallegas, de las Azúcar Moreno en su momento más álgido, de la Expo, de las Olimpiadas de Barcelona y de un sin fin de detalles que nos devuelven, a muchos, al ideario de nuestra infancia. Humor brillante, un monólogo en un hilarante acento gallego de una divina Noemí Rodríguez, mientras en las butacas Andrea Jiménez ejecuta su dirección sin poder contener la risa. El Teatro Fernán Gómez recupera este trabajo cancelado por la pandemia, -y ya mostrado en el Festival de Otoño con un cartel colgado de ‘No quedan entradas’-, para que no se nos olvide que, muchas veces, la idea del éxito es simplemente aprovechar y reírse mucho durante el viaje.
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