Carlos y Patricia se reencuentran en el funeral de su gran amigo Sergio, quien expresó su deseo de que dijeran unas palabras. Además, el difunto deja a Carlos una carta y le encarga que la lea con Patricia, ya en la intimidad, tras el funeral. La carta habla de la amistad de los tres, ejemplificándola en cinco escenas de su vida juntos, desde que se conocieron hasta la muerte de Sergio. La obra transcurre mayormente en la escenificación en flashback de dichas escenas.
Es, definitivamente, una oda a la amistad, a la aceptación de los otros con sus virtudes y, sobre todo, sus defectos; una oda a lo que estamos dispuestos a hacer por un ser al que queremos y a los límites que estamos dispuestos o no a sobrepasar.
Pude ver una pequeña joya de la oferta teatral. Cierto es que el montaje no se presta a la amplitud de un gran teatro pero es que un gran teatro o un gran presupuesto no son sinónimo de calidad ni buen resultado. Incondicionales es un ejemplo del buen teatro que se puede tener con medios limitados en una sala modesta.
Quiero destacar a los dos intérpretes. Hay actores consagrados en teatro, cine y televisión con muchos menos registros que Bernardo Rivera y Candela Solé. Salí encantado con lo que vi.
¿No les pica la curiosidad de ver una obra de tres personajes con sólo dos intérpretes?