Esta propuesta nos planta delante un caso de suicidio juvenil; podríamos pensar que no es muy habitual encontrarse en situaciones así, pero, desgraciadamente, es más normal de lo que pensamos. De la mano de Oriol Puig sale un texto fruto de workshops y talleres de creación que dan lugar a esta pieza. Una dramaturgia excelente de una obra que remueve sentimientos escondidos con buen ritmo y sutilidad. La historia de Sam, la carencia de acción de la gente que lo rodea y la mala praxis por la parte correspondiente ponen de relieve la importancia de tener siempre presente esta asignatura.
Karaoke Elusia es un texto intenso, de amistades y desavenencias, que se queda a las puertas del sensacionalismo con un lenguaje plano, sencillo y que hace un guiño al argot juvenil. El autor presenta un punto de vista crítico pero sin perder de vista la delicadeza y realidad del texto, con idas y venidas de silencios y miradas perdidas. La obra está dotada de momentos cómicos, momentos de tensión, momentos líricos y momentos de sentimientos a flor de piel. Oriol Puig ha querido añadir pensamientos musicales (Sargento de Hierro, If you wanna love somebody y On Melancholic Hill) interpretados excelentemente por los actores, como otra manera de mirarse al espejo y expresar los sentimientos interiores.
La propuesta carece de escenografía para facilitar al espectador el viaje a través de la relación espacio-temporal que existe. La fina línea de las escenas se rompe con la capacidad del elenco de navegar por el espacio y jugar con los personajes. De una manera natural, espléndida y compenetrada, los tres actores van representando todos los papeles para enfatizar el poder juvenil de la obra, mantener el ritmo de un texto chocante y dejar claro que el acto teatral es atemporal y sin un espacio delimitado. En definitiva, una propuesta sincera que pretende iluminar aquellos pequeños pedazos que quedan a la oscuridad de un cuerpo sin respuestas. Un cuerpo que deja de ser él mismo.