Fernando Soto dirige el texto de Aidan Fenessy con buena mano, dosificando verdades y mentiras, dejando que tú, espectador inteligente y disfrutón las descubras cuando quieras o puedas. Porque en la verdad, en la mentira y en cuándo y cómo se cuenta hay un mucho de premeditación y de manipulación. ¿Está toda la información delante de nosotros y no la vemos? ¿Es de día, de noche, estamos en una cárcel, en un hospital?
Le escenografía, la música, las luces y sobre todo las sombras son una hervidero de dudas. Mil cosas sugeridas, y ninguna claramente definida. Así es el cine negro, el teatro negro, el teatro bueno.
Verónica Ronda y Fran Calvo se lucen como las dos bestias que son. Su duelo es de muy altísimas exigencias y los dos saben medir lo que cuentan cuándo lo cuentan y cómo lo cuentan. El aire en la Jardiel Poncela se vuelve literalmente irrespirable gracias a la tensión que crean entre los dos. Son como Eleanor Parker y Robert Mitchum en un clásico de Hollywood, que cuando son buenos, son buenos, y cuando son malos… son mejores.
Si quieres disfrutar de un espectáculo sólido, sin una sola fisura, que te mantiene al loro todo el rato y con una escenografía, luces, música e interpretaciones IMPECABLES.
Y si quieres, luego quedamos y discutimos sobre lo que ha pasado, sobre la verdad, la mentira, el engaño, la manipulación y la tortura.
Pincha AQUÍ si quieres leer el comentario extenso que he publicado en mi blog, DESDEELPATIO.