La Comedia de los enredos es un texto de juventud firmado por Shakespeare que nos descubre el germen de todo aquello que nos encontraremos posteriormente a lo largo y ancho de su obra. Comedia, intrigas, enredos y destinos caprichosos, y que actualmente podemos descubrir en el Teatro Bellas Artes a través de la versión de Carlota Pérez-Reverte y la acertada y atrevida dirección de Alberto Castrillo-Ferrer.
Una divertida propuesta que no para de crecer a lo largo de sus 90 minutos y que hace las delicias del público; que es gamberra, juguetona y absolutamente delirante, y que consigue que el público se mantenga al borde de su butaca pendiente de un «más difícil todavía» en el fantástico trabajo de su elenco, quienes son puestos a prueba dando vida a múltiples personajes que, incluso, en ocasiones tienen que coincidir en escena, situación que resuelven con mucha «guasa» y que se recibe con regocijo y enormes carcajadas.
Es muy gratificante que una compañía disfrute tanto en escena, que logre contagiar al público y que tenga el arte de acercarnos, con tanta sencillez, la esencia de lo que debe ser la comedia hecha por el placer de entretener.