A ver cómo explico esto en palabras para describir lo que he podido ver en el Teatro de la Zarzuela. No es una misión fácil, porque esta representación de «La del manojo de rosas» me ha gustado tanto, me ha emocionado tanto y me ha dejado un poso tan positivo en el cuerpo, que cualquier cosa que diga va a parecer exagerada o se va a quedar corta.
Exagerada para los habituales en zarzuela, que probablemente habrán visto algo así en innumerables ocasiones y estarán acostumbrados. No es mi caso. Y no porque no haya escuchado nunca este género musical, que siempre ha sido muy frecuente en mi casa gracias a mi madre, sino porque nunca lo había visto en directo y menos en un templo como este teatro. Impresionante.
Corta para gente como yo, que viene «harta» de ver musicales al estilo Broadway, que sí, que están muy bien, pero aquí estamos hablando de otra cosa y otro nivel.
ZARZUELA, así en mayúsculas es lo que pude vivir viendo «La del manojo de rosas». Qué auténtica maravilla.
No miento si digo que, al levantarse el telón, casi me emociono al punto de las lágrimas cuando pude disfrutar del trabajo que se ha hecho con el decorado, reproduciendo al milímetro la que podría ser cualquiera de las calles de nuestro Madrid. Es en esa calle donde sucede todo, entre su bar, su taller mecánico y, por supuesto, la floristería que da nombre a esta zarzuela.
Este inmenso decorado y el detallado vestuario del elenco, con más de una veintena de actores, me transportó inmediatamente a la España republicana y moderna de 1930 justo antes de que estallara la guerra.
Y cuando ya había quedado totalmente impactado visualmente, comienza la música en directo. Una música creada por Pablo Sorozábal en 1934 y que se disfruta todavía más en esta producción de Emilio Sagi, que ahora cumple 34 años desde su estreno. A pesar del tiempo que ha transcurrido, el texto sigue resultando fresco y divertidísimo, arrancando constantes carcajadas en el público a lo largo de las dos horas de duración que nos ofrece. Cortas se me hicieron.
Tanto «clic» mental me ha producido esta experiencia, que ya estoy deseando poder repetir. Y si es en el Teatro de la Zarzuela, mejor.
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