Si por mí fuera, esta reseña sería la más corta que he escrito nunca:
Ve a verla. (Fin de la reseña)
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La publi reza que es una “comedia para todos los públicos”. Doy fe. Es divertida (lo cual cubre el asunto de la comedia). También es verdad que yo soy de risa fácil, pero mi pequeña acompañante, a la que es complicado arrancarle carcajadas, me da la razón y afirma que es una obra tronchante y que le encantó (lo cual cubre el asunto de todos los públicos).
El casting de intérpretes es brutal. Como digo siempre, sin ánimo de ofender a grandes estrellas, es un lujo encontrar un reparto talentoso pero no tan televisivo como en la mayoría de la cartelera teatral. Son unas bestias de escenario, con gran técnica vocal, gestual y un soberbio manejo de las pausas.
Me llamó especialmente la atención la voz de Víctor de las Heras (qué fuerza, qué garra, ¡wow, wow, wow!), el sentido del humor que desprende David Ávila (¡maravilloso!) y la fascinante travesía que recorre Aránzazu Zarate con su personaje…
¡Ay!, me gustaría comentar tantas cosas sobre las interpretaciones, los giros de guion, los detalles de dirección… Pero es que no puedo, de verdad que no. Sería egoísta por mi parte robarte el placer de descubrir cada minuto de esta gran función que, lejos de salir mal, sale maravillosamente bien.