Este fin de semana busqué una obra teatral acorde con la celebración de mi cumpleaños, y vaya si fue un acierto!!!
Desde que entras a las zona de butacas, descubres un escenario cargado de elementos, por lo que ya da una sensación de preocupación por el atrezzo, por el diseño…
La obra te empiezan a sorprender desde que estás sentándote en tu butaca haciéndote dudar sobre lo que es real y lo que es ficción, rompiendo así la cuarta pared. (No diré más para no hacer spoiler). Pero claramente esta obra hace deleite del dicho de “Show must go on” ya que aunque haya contratiempos, hay que continuar sea como sea….Sí querría señalar que desde el minuto uno no paras de reír. No esperaba un argumento así por lo que puedo decir que tiene una alta originalidad que no iba a encontrar en otro tipo de obras.
Los actores son estupendos, con mención especial a Iker Montero, cuya interpretación nos pareció espectacular. Y es que si es difícil actuar, tiene muchísimo más mérito lo bien que «actúan mal». Debido a ello, también destacaría la espectacular coreografía de cada paso, cada movimiento con la dificultad añadida de tantos personajes que hay siempre en el escenario.
Por último, destacar el guión, un gran trabajo de ironía y locura, que te hace disfrutar cada segundo. No es de extrañar que lleve tantos años en cartelera y les auguro muchos más.
Yo fui a ver la obra con mi pareja, pero al salir pensé que podía haberla ido a verla en familia (mayores de 12 años, quizás) ya que es divertida, blanca, y las risas en familia son mucho mejores.