Una tarde/noche de monólogos de El club de la Comedia nunca falla. Una maestra de ceremonias y cuatro cómicos. Algo más de hora y media de risas y carcajadas liberadoras. Si eres de los que piensan que últimamente todo el mundo anda enfadado y estresado por la vida, necesitas una sesión de carcajadas como la que viví yo anoche. A lo mejor son los demás los que necesitan pasar por la terapia. Seguramente. ¡Pruébalo y recomiéndalo después!.
No es cuestión de enumerar todos los beneficios de la risa -como que ayuda a liberar emociones o disminuir la ansiedad o el estrés- sino de preguntarnos, ¿Cuánto tiempo hace que no te ríes más de 15 minutos seguidos? ¿Cuál fue la última vez que lloraste de risa? Si la respuesta es mucho o ni me acuerdo, necesitas una buena sesión de carcajadas como la que viví yo anoche. Una sesión en la que reírte de todo sin plantearte si deberías estar haciéndolo o no (que a eso, desafortunadamente estamos cada vez más acostumbrados). A los conocidos como «ofendiditos» también les vendrá bien, por cierto, como terapia de choque.
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una función de monólogos. Cuando era joven (más joven, quiero decir) solía elegir con amigos una función de comedia para ver al monologuista que nos gustaba. Ahora, La Hora y Media del Club de la Comedia nos ofrece la posibilidad de «improvisar» como público y asistir a una función cuyo elenco va variando en función del día. El cartel está formado por cinco cómicos/as (cuatro más la presentadora que es una de las mejores) y te puede gustar uno más que otro pero sabes que la terapia de risas está asegurada. El factor sorpresa es parte del encanto. Yo por ejemplo, descubrí a dos grandes cómicas que no conocía: Cristina Molina, la presentadora, que se mete al público en el bolsillo desde el primer momento, y a Maru Candel ¡qué portento de mujer, actriz, cantante y cómica! A partir de ahora la seguiré hasta el fin del mundo.
Así que, lo dicho… improvisa… apúntate a la terapia…¡Y déjate sorprender!
Advertencias: Terapia ideal para ir en pareja o con amigos. ¿Edad? De adolescencia tardía en adelante. Y ojo, como en todo espectáculo de humor más o menos improvisado, puedes ser el blanco de algún chiste o apelado en algún momento desde el escenario. No sufras. Estás en terapia. Ríete de todo, de todos, de ti mismo. Ya habrá tiempo para ponerse serio.