Un actor para un personaje

La Jaula de las Locas. El Musical

La Jaula de las Locas. El Musical
16/11/2018

El estreno del musical La cage aux folles se produjo en Nueva York en 1983. La obra de teatro en la que se basa se había estrenado diez años antes, y en este tiempo ya se habían hecho dos películas y se estaba gestando una tercera. El fenómeno había nacido en Europa, concretamente en Francia, pero los productores de Broadway vieron la oportunidad de aprovechar una comedia que funcionaba, un ambiente colorido y vistoso que aún no habían explotado suficientemente -el de los transformistas- y una partitura que remitía al cabaret y en las melodías francesas que tan bien habían funcionado en otras épocas. El resultado fueron varios premios Tony, una canción que trascendió al propio musical (I am what I am) y varias producciones y reposiciones, tanto en Estados Unidos como en otros países. En España, sin embargo, sólo se recuerda una poco afortunada versión con Andrés Pajares y Joaquín Kremel, que no llegó a convencer ni a crítica ni a público.

El montaje que nos traen ahora Manu Guix y Ángel Llàcer quiere reivindicar este musical de la vieja escuela. La producción no es tan grandilocuente como la del 1983, pero apuesta por potenciar la comedia y resolver los números musicales con gusto y buena ejecución. De hecho, cuesta encontrar nada que desentone, ni por parte de los cantantes ni de los bailarines o los actores. La dirección escénica es efectiva y el trabajo de iluminación ayuda a completar el espléndido look que tiene toda la pieza. Pero no sería justo terminar el comentario sin destacar la divertida composición de Ricky Mata en el papel del criado, la correcta creación del siempre eficaz Ivan Labanda y, especialmente, el magnífico trabajo de Llàcer en el papel de Albin. Creo que hacía tiempo que el papel la estaba esperando, y ahora ya nadie podrá decir que no era el más adecuado para representarlo. Desde el comienzo consigue acercarnos este personaje tan especial, y lo hace sin excesos ni exageraciones. Quizás en el segundo acto, donde se explotan más los recursos cómicos, la cosa podría terminar descarrilando en algún momento … pero el conocido actor y presentador se aferra con uñas y dientes a lo que seguramente será el papel más recordado de su carrera.

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