Hasta ayer, a mí el teatro de Sanzol no me terminaba de llegar. Si me leéis, ya lo sabéis. Pero como me pasa casi siempre, basta que diga esto para que me tenga que meter la lengua por el culo justo a continuación. Porque «La respiración» me ha encantado.
«La respiración» es una comedia que envuelve, como casi siempre en las buenas comedias, un caramelito envenenado. Porque en casi toda la función, la risa que provoca el mogollón que tiene Nagore te provoca la risa pero también que te pares a pensar y se te puedan llegar a llenar los ojos de lágrimas. Sobre todo si has amado. Y sobre todo si te han dejado de amar. Son las lágrimas en la almohada que se secan y a la mañana siguiente provocan incluso añoranza y una leve sonrisa. Por algo se empieza.
«La respiración» es un gran espectáculo. Vital, imaginativo, sincero, cómplice y con un optimismo que se agradece en este mundo y en esta ciudad antipática y fascinante que tenemos. Gran dirección y unos actores en sus salsa, frescos, gigantes y grandiosos.
Si quieres leer lo que escribí en mi blog, DESDEELPATIO cuando vi la función, hace año y pico, pincha AQUÍ. (Ahora parte del reparto ha cambiado, pero la esencia es la misma)