Feminismo y homicidio en el siglo XVII

La Toffana es el segundo texto después de Firmado Lejárraga (2019) con el que Vanessa Montfort vuelve a demostrar su compromiso feminista al rescatar del olvido de la Historia a un personaje tan interesante e inquietante como la «celestinesca» Giulia Toffana. En esta ocasión abandonamos los siglos XIX-XX para viajar a la Italia barroca del siglo XVII, esa misma Italia que habitaron personajes tan renombrados como el pintor Caravaggio. El público será testigo del juicio a Giulia, a su hija y a la ayudante de ambas, acusadas de elaborar un veneno con el que murieron unos 600 maridos maltratadores de sus mujeres. Un esmerado vestuario y un espléndido trabajo de iluminación a base de colores saturados nos transportarán a los calabozos de la Inquisición y a los recuerdos de las tres procesadas en un intento por ahondar en el origen de sus motivaciones. En este sentido, el magnífico montaje de María Herrero plantea el eterno dilema de si el fin justifica los medios. Quien se acerque a esta obra descubrirá una historia dramática con tintes de thriller donde quizá le resuenen ciertos ecos de El perfume. Historia de un asesino (2006) de Tom Tykwer en cuanto a ese retrato de los bajos fondos, y también de la película Akelarre (2020) de Pablo Agüero respecto a esa reivindicación feminista. Al final, uno no puede dejar de preguntarse cómo de diferentes hubiesen sido las vidas de estos delincuentes de haber tenido otras circunstancias vitales menos desfavorables. Giulia Toffana terminará alzándose como una suerte de justiciera asesina, casi al mismo nivel que Aileen Wuronos (Charlize Theron) en Monster (2003) de Patty Jenkins.