«Las Amargas Lágrimas de Petra Von Kant» es un texto que rompe esquemas y clichés. En su momento fue una revolución por la crudeza de los emociones plasmadas. Hoy en día ciertos conflictos han sido superados (aunque haya personas a las que aún les sorprenda que dos mujeres se quieran), pero los sentimientos encontrados, los conflictos, el querer a pesar del dolor, las relaciones tóxicas, el necesitar huir de una relación sin poder son temas universales que trascienden las décadas y los siglos.
En esta versión; Rakel Camacho apuesta por una estética vanguardista y nos retrotrae al cine alemán de los años 70. Blanco, negro, luces, decoración que sugiere mas que muestra, bustos colgantes que simulan el deseo y las pasiones que suben y bajan… No es solo lo que oímos y vemos, es lo que nos hace sentir toda la obra. No es una puesta en escena realista, es una puesta en escena sensitiva. Todo está a flor de piel pero hay que entrar en la sala sin nada preestablecido. Es como un enorme carnaval de los animales.
Las interpretaciones no defraudan, todas están en completa simbiosis con el entorno.
Desde luego Fassbinder no deja indiferente a nadie pero Rakel Camacho tampoco.