Paco Mir acerca a una inmesa mayoría el clásico en verso de Lope de vega, El perro del hortelano. El humor blanco e ingenioso del componente de Tricicle casa perfectamente con una de las obras de enredo más divertidas de nuestro Siglo de Oro. Reducida a 90 minutos, juega al teatro dentro del teatro.
Dos técnicos dan la bienvenida al público para informar que la compañía va camino de Lugo a hacer otro espectáculo, pero que ellos se encargarán de hacer la obra con dos actrices de un grupo amateur local que se saben la función. Como si de una muñeca matrioska se tratara, podremos ver, trama sobre trama, cómo los cuatro tendrán que improvisar, además de interpretar a 16 personajes, para poder sacar adelante este particular «perro». Malentendidos, dos personajes en uno, cambios surrealistas de decorados o tropezones en el texto, aumentan las risas del público, que entran en la trama desde el minuto uno. Versión perfecta para acercar nuestros clásicos a los más jóvenes, porque respetando el verso, lo adaptan para su mejor comprensión y resumen, a modo de narración, las partes que pueden ser más complicadas, sobre todo para las generaciones que no están acostumbradas a este tipo de textos.
Además, cuenta con cuatro actores entrenados en la materia en Sevilla con compañías como Teatro Clásico de Sevilla o el desaparecido Centro Andaluz de Teatro. Y destacable es sin duda la interpretación de Manuel Monteagudo, con un sello marcado en su forma de hacer y que se mete al público en el bolsillo de principio a fin.