Los buitres son aves rapaces diurnas, de color pardo o negro, que se alimentan principalmente de carroña. En un escenario velado, casi vampírico, dos seres celebran su aniversario destrozándose a dentelladas. Todo en esta atmósfera habla de decadencia, de muerte, de abandono: la luz, las flores secas, una cena sin alimentos, los silencios elocuentes, las palabras tóxicas, la incomunicación y la fingida supervivencia. Su voracidad al abusar y manipular a los demás no conoce límites. El nihilismo ahoga cada bocanada, asfixia cada movimiento en un ocaso simbiótico. El sexo es físico, el amor es ocultado, el jardín y los cuerpos son yermos. Hasta la vida, o lo que queda de ella, es estéril.
Con una clara herencia de Strindberg y ecos de Poe, un naturalismo existencialista empapa cada jadeo. Los personajes son dementes que luchan por sobrevivir, que no admiten el amor como instrumento de redención, que vegetan por parasitismo… CONTINUAR LEYENDO EN TRAGYCOM