El equipo formado por Yahaira Cofiño, a la dirección, y Luis León y Varo Mogrovyan, en escena, propone una obra que nunca va a dejar de estar de actualidad. El texto es de una de las grandes figuras del teatro polaco contemporáneo: Sławomir Mrożek. En esta obra de 1975, el autor polaco, que también emigró de la Polonia comunista, expone en sus dos personajes dos visiones distintas de la inmigración: la política y la económica; pero ambos emigrados son olvidados y explotados por la sociedad que les acoge. Su situación es estar en un sótano sin salida, vivir allí es un infierno, pero tampoco pueden volver a su país. No son de aquí, pero ahora tampoco son de allí.
La obra es un enfrentamiento entre los dos personajes: El emigrado político encarnado por Luis León mira por encima del hombro, pero a la vez necesita al otro, encarnado por Varo Mogrovyan. Ambos discuten, se ríen, brindan y se quieren. Afuera, en el mundo de la sociedad visible, es nochevieja, todos bailan, celebran y tiran fuegos artificiales, en el sótano los dos emigrados hablan de la esclavitud, sueñan con volver a casa y se inventan una realidad mejor.
Todo el equipo está formado por antiguos alumnos de Réplika Teatro, una sala de profundas raíces polacas. En esta sala madrileña ya se había representado hace años esta obra dirigida por Jarosław Bielski. Estos exalumnos suyos toman el testigo y la siguen extendiendo. Aplaudo de verdad la valentía de estos chicos porque el teatro polaco es cero conocido en España, cero comercial, pero muy interesante y muy bueno. Es arriesgado programar una obra como esta.
Yahaira Cofiño demuestra que es una experta en manejar la fuerza expresiva de los contrastes en la puesta en escena. Hay momentazos a lo largo de toda la obra donde se juega con la alegría del exterior y el drama del sótano de los emigrados, donde se pasa de la comedia a la tragedia. Además, esta directora maneja estupendamente la comicidad absurda de esta obra. Hay momentos realmente graciosos, de partirse el culo con ambos actores. Lo absurdo de la situación a veces es tan surrealista que te preguntas si es real o no. Yahaira maneja hábilmente algunos momentos súper divertidos ayudada de ambos actores, que están dotados de una vis cómica genail.
Varo Mogrovyan crea un personaje auténticamente adorable, es tan bonico que dan ganas de salir y abrazarle fuerte fuerte. Me gustó porque era muy fácil empatizar con él, me reí con él un montón y hubo algún momento que quería llorar. Realmente Varo crea un personaje excepcional por lo gracioso que es y por lo tierno. Un gran trabajo. Por su parte, Luis León interpreta un personaje difícil, porque es un poco repelente, pero lo saca muy bien, con fuerza y con cambios. Hubo un momento muy bonito de él que me gustó mucho porque a pesar de ser un repelente y mirar por encima del hombro a su compatriota, cuando este está triste por pasar la nochevieja fuera de su país, saca su mejor licor, prepara la mesa, se pone corbata y le ofrece brindar con él.
Realmente es una obra para ver, para sentir y para reflexionar. Y lo mejor de todo es que esté hecha por jóvenes que se arriesgan y que lo hacen tan bien. Les auguro y les deseo mil éxitos.