Tan importante es la historia de los grandes acontecimientos, como aquella que transcurre en la intimidad de las casas o la que finalmente no pudo tener lugar. Es el caso de la obra Los hermanos Machado, que en estos días de mayo puede disfrutarse en el Teatro Fernán Gómez. El texto, original de Alfonso Plou, y bajo la dirección de Carlos Martín, camina junto a los espectros de los hermanos Machado, Antonio y Manuel, que se reencuentran más allá de la vida para recuperar ese vínculo, pareciera indestructible, que difuminó el conflicto de la Guerra Civil. A través también de la figura de aquellas mujeres que marcaron la existencia de los dos, la propuesta nos ayuda a completar un contexto histórico atravesado por la guerra, el enfrentamiento político e intrafamiliar, las cosas pendientes que quedan cuando la muerte llega y el mundo se apaga. Interpretaciones potentes en una escena íntima que llega a capturarte, en esta ensoñación de las grandes conversaciones de lo que pudo ser y no pudo darse. Faltan más obras como ésta para recuperar las grandes figuras de nuestra literatura, desde sus lazos más profundos y vulnerabilidad, y con esa gran guerra que marcó a toda una generación.
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