Encerrar a cinco mujeres en una sala para que hablen de maternidad puede parecer una premisa arriesgada y lo es, porque es fácil caer en estereotipos y posicionarse para dar un mensaje claro. Pero Madres no lo hace: utiliza todos los estereotipos para darles una vuelta y sorprender, al tiempo que la comedia los atraviesa tanto y tan bien que no lo parecen. Estoy con todas ellas aunque todas tengan visiones radicalmente distintas de la crianza y de lo que significa ser madre. No espero una conclusión ni un mensaje claro y no lo hay, porque las entiendo a todas, me río con todas y al mismo tiempo quiero llorar más de una vez, porque lo que dicen es tan importante que emociona, porque es real, es bonito y es jodido, pero lo dicen convencidísimas. Y contra esa fuerza no hay nada que añadir ni que argumentar.
Cinco actrices espectaculares dan vida a cinco mujeres cuyos nombres no nos hace falta conocer ni a nosotros ni a ellas mismas para sentirlas cercanas, para saber que lo que les está sucediendo es absolutamente auténtico.
Brillan especialmente Mónica González, que es divertidísima, y Elena Díaz, que desborda determinación, además de ser la directora y dramaturga de la obra, sin desmerecer a otras tres poderosas Amaia Vargas, Marta Eguía y Mechi Oliverio.
Al final, la maternidad es infinidad de cosas y tú eliges la que te dé la gana. Si la eliges.
No sé qué hacéis que no estáis yendo a verlas ya.