Tenemos muchas salas pequeñas en la capital y alrededores que pasan desapercibidas para el espectador, estas salas off están situadas en pequeñas calles, pero en lugares céntricos y con buenas combinaciones de transportes. Me gusta la sensación de que al caer la noche los carteles de las obras y espectáculos brillan por sí solos atrayendo al espectador perdido por las calles de la ciudad. Así es la sala Nueve Norte de Madrid.
Madrid, Chernóbil es un espectáculo multidisciplinar, original, lleno de metáforas y muy personal para Fernanda Valencia y Guillermo Logar.
Tienes que dejar reposar en tu cabeza todo lo que te cuenta esta obra para poder asimilarlo, pero me ha gustado cómo han jugado con una cuarta pared que ha dado paso a lo audiovisual, a otra forma de narrar las cosas, a otra manera de ver lo que sucedió en Chernóbil. Apreciar cómo una pandemia afectó a la vida de Fernanda, Guillermo y miles de obras de teatro que quedaron paralizadas por un virus.
Me gustan los testimonios de otras partes del mundo, me gusta cómo el elenco juega con la memoria fotográfica del espectador, cómo nos hacen removernos en nuestros asientos por algunas palabras o escenas que ahora pensando en frío se ven con otros ojos.
Madrid, Chernóbil estas dos ciudades están separadas por muchos kilómetros de distancia y por distintas tragedias, pero a la vez están unidas por decisiones tomadas por el ser humano, por imágenes que a través de la voz de los actores cobran vida frente a ti.
Este espectáculo sin la unión de lo audiovisual y las voces no tendría ni el sentido ni la fuerza que tiene.