Escuchar el silencio en escena es oro. No hay un sonido mas hermoso en un templo del arte como es el teatro. En esta obra se pueden ver dos mundos y una relación: dos personas que se conocen, se enamoran y las dificultades a las que se enfrentan en el período de un año; pero con la particularidad de que una persona habla y la otra no.
No entiendo porqué no se explora mas el mundo de la discapacidad auditiva en el teatro. Nos ayuda a escucharnos a nosotros mismos, a sentir y a sentirnos. A integrar y a ser integrados. Es un ejercicio enriquecedor y esclarecedor al mismo tiempo. No hace falta hablar mucho si lo que se dice, es conciso y preciso y si se siente de veras.
En esta obra vemos la evolución de los cuatro personajes. Estos se escuchan y transmiten sus sentimientos. Se nota el trabajo que han realizado.
Ver esta obra es disfrutar y aprender; y acaso ¿no estamos aquí para eso?