María Luisa, ¿cómo estás? Oye, que no me coges el teléfono. Imagino que estarás dando una vuelta por el barrio. Te llamo porque hoy he ido a dejarte una carta en el buzón para intentar que no te sientas tan sola. No he subido, discúlpame, pero Paco Ochoa me ha dejado pasar, tan amable como siempre y tan detallista en su personaje de portero. Tenía prisa; la vida me arrastra en una vorágine de quehaceres laborales y personales que muchas veces me impide pensar en otras realidades presentes, como la tuya.
De lo que sí me he dado cuenta es del poderío de imaginación que atesoras; desde la calle, he visto a esos tres hombres que dices viven contigo y no puedo dejar de asombrarme por la capacidad que has tenido para crearles, incluso de que sepan existir más allá de tu presencia. Tus Juanes parecen marcar el ritmo de tu vida, aunque deberías darte cuenta de que este lo marcas tú, ¡ya era hora! Estoy deseando conocer a Codina, Vinuesa y, especialmente, a Paños (¿le dirás, por favor, que cuando llegue ese día me sorprenda con algún truco de magia?). De todas formas, también entenderé que forman parte de tu intimidad y que quieras mantenerlos ahí. Y estará bien.
Cuando salía del portal me crucé un momentito con Marisol Rolandi, tu amiga. Me dice que está preocupada por ti, que el otro día tiraste del botón de emergencia del metro porque nunca antes lo habías hecho o que tienes un deseo inaudito de traspasar esa puerta que hay donde vais a merendar cada jueves, por la que entran las parejas a bailar. Me quedo tranquila sabiendo que alguien más se preocupa por ti y que te estás dando tu propia libertad para sentir, desear o hacer cosas que hasta ahora no hiciste.
Por cierto, a ver si vamos a ver esa obra que protagoniza esta actriz que tanto te gusta, Lola Casamayor. Yo fui al estreno y creo que te gustaría mucho así que repito con gusto, si tú quieres. La ha escrito y dirigido Mayorga y, aunque a veces peca de haberse dejado arrastrar por topicazos inexplicables ya en el 2023 en torno a la sexualidad femenina, creo que podría gustarte. Muestra el universo de una señora mayor que vive sola y nos mete de lleno en su ritmo de vida, en sus conquistas diarias y en su empeño por sentirse a gusto con lo que le apetece hacer, sin juzgarse ni siquiera ella misma.
Dime una tarde que estés libre y nos vamos como señoras a disfrutarla. Venga, un besito, ¡cuídate, María Luisa!