Noemi Climent y Rut Santamaría dan vida a dos actrices que, como ellas, buscan su sitio en la jungla que es el mundo del teatro. Con mucho humor e irreverencia los alter ego de estas dos artistas llevan de la mano al espectador a través de la persecución de un sueño; un sueño que pronto se torna en pesadilla (con visita a la Casa del Terror incluida). Los estrenos, alfombras rojas y los aplausos, que imagina el público que riegan la vida de un actor, se convierten pronto en deudas, vídeos humillantes y mucha, pero que mucha, precariedad.
Con una estructura sencilla y tradicional de cabaret, las dos intérpretes recrean situaciones más o menos realistas con las que es imposible contener las carcajadas. Si bien es cierto que hay motivos (y muchos) para reivindicar mejores condiciones en el sector, las Bronte no se colocan en un lugar de queja sino que, con humildad y generosidad, comparten (lo que podrían ser o no) sus historias personales para hacer pasar un buen rato al espectador. Bajo la dirección de Chos, el texto de Rut Santamaría y Adrián Perea brilla y se infla como un buen pastel, una pastel del que no querrás dejar ni las migas, ni las migajas.