Siempre me habían llamado la atención estos géneros, pero nunca (o casi nunca) los había visto en un teatro. Ópera y Zarzuela Dreams es un espectáculo que te los acerca y te los hace asequibles para poder disfrutarlos aunque no los conozcas. Las interpretaciones vocales son impecables y emotivas. Me gustó especialmente Juan Carlos Barona.
El formato incluye explicaciones breves que ayudan a entender el contexto de cada pieza, sin resultar pesadas ni romper el ritmo. Este ánimo didáctico ayuda al espectador a viajar entre las canciones y la historia de la música.
La escenografía brilla por su ausencia. En su lugar, encontramos proyecciones visuales que crean ambientes sugerentes sin desviar la atención de lo esencial: la música y la voz. Además, es un espectáculo vivo porque se notaba que existía un alto porcentaje de improvisación en las intervenciones entre canciones, lo que aportaba mucha frescura, cercanía y complicidad entre el elenco y el público.
Confieso que, sin haber visto nunca ópera ni zarzuela, salí del teatro con ganas de seguir explorándolas.