Pablo Messiez tenía claro que encargarse de montar un texto de Lorca era un reto al que debía enfrentarse desde la tierra. Fuera mitos, fuera iconos y fuera idolatrías. Efectivamente, alrededor de Federico hay muchos rasgos asentados. Pero porque sí. Hacer unas «Bodas» sin flamenqueo, sin sangre a chorros, sin dramatismo de diva, sin abanicos y sin batas de cola parece imposible. Bueno, pues no.
Lorca plantea muchas preguntas. ¿Cómo poner en pie esta obra sin caer en tópicos? Pero él mismo, en su ingente producción nos dio todas las respuestas. Sólo hay que bajar a Federico del altar, invitarle a unos vinos y dejarle hablar. O si no, leer sus conferencias, sus versos, sus canciones, sus cartas… Ahí están las respuestas y las fórmulas.
Pablo Messiez no se rinde ante el autor sino que le mira como a un amigo y hace lo que le da la gana. Y le ha salido una maravilla, terrenal, actual, dura, seca y conmovedora. Pero sin trucos ni lugares comunes. Simplemente acercando las palabras de Lorca a hoy y dejando que dialoguen.
Elisa Sanz y Paloma Parra crean un espacio y lo iluminan de forma prodigiosa. Y el reparto, con Gloria Muñoz a la cabeza está inmenso. Carlota Gaviño crea una novia carnal, pecadora, caliente, viva, culpable y temblorosa. Francesco Carril hace brotar la tierra ahí, delante de tus narices. Y Estefanía de los Santos mira y duele. Lleva la tragedia en su mirada oscura y avanza el bosque mágico lleno de espejos que devuelve muerte.
Un imprescindible no sólo de esta temporada sino de siempre y para siempre. ¡Unas «Bodas de sangre» para volverse Lorca!
Si pinchas AQUÍ podrás leer el comentario extenso que he escrito en mi blog, DESDEELPATIO