¿Cuál es nuestra responsabilidad con lo que nos rodea? Esta es una de las múltiples preguntas que surgen a raíz del último montaje de Paco Bezerra y Luis Luque sobre el mito de Edipo. En este caso, un Edipo casi ecologista y premonitorio que viene a proteger a Tebas de las temibles llamas.
Se trata de una propuesta arriesgada que cuenta con un elenco joven y diverso que, sin ninguna duda, está a la altura. Esta es una de esas obras que decimos «de actores». Los cuerpos, las voces y la presencia de cada uno de los intérpretes conforman el entramado que sostiene toda la pieza. Mina El Hammani y Alejo Sauras se dejan atravesar por sus personajes con generosidad y entrega hasta encarnar a un Edipo y una reina Yocasta que pasan de la grandeza y la gloria al más puro desgarro cuando acontece la tragedia.
El elenco en su totalidad funciona como una máquina perfectamente engrasada que, por momentos, parece mover un solo cuerpo. Los actores y actrices se integran con naturalidad dentro de una propuesta de plástica escénica clara e impecable, que unifica coreografía, escenografía, vestuario, proyecciones audiovisuales y espacio sonoro. Gracias a esta apuesta por la plástica Edipo, a través de las llamas constituye una experiencia maravillosa para todos los sentidos.