Del naturalismo a la exaltación

Panorama desde el puente

Panorama desde el puente
12/02/2017

Esta nueva representación de Panorama desde el puente es, como mínimo, desconcertante. Empieza con un cierto tono naturalista, para mezclar enseguida un humor que no está tan presente en la versión original de Arthur Miller. Y el final, realmente dramático, se convierte en una especie de tragedia griega que quizás no hacía falta. Las interpretaciones también transitan con dificultad, adaptándose al difícil tono que les impone el montaje. Incluso Eduard Fernández cae en la trampa y ofrece una actuación que en el tramo final se resiente con gestos impostados y tics de manual. Realmente es un papel difícil, de los más complejos del repertorio, y no hay que decir que la profesionalidad del actor también nos da momentos brillantes, pero quizás esperábamos más… porque sabemos que era posible.

La visión de Lavaudant es minimalista y recorre a menudo a las proyecciones y a cambios de escena muy simples. Todo ello ayuda a la acción de una pieza que, como muchas de Miller, está dividida en muchas escenas y tiene un aire casi cinematográfico. Pienso, sin embargo, que no ha acertado del todo con el tono y que ha tomado algunas decisiones arriesgadas, como por ejemplo en la escena final. En definitiva, un espectáculo con virtudes que empieza bien pero que va desaprovechando escenas clave y deriva hacia algo que está un poco lejos de este clásico del dramaturgo norteamericano.

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