Es innegable que Pantomima Full es un fenómeno viral con el que la mayoría de los visionadores de vídeos de Youtube se ha encontrado en algún momento. Miles de usuarios esperan cada semana para ver los vídeos que van colgando en la mencionada plataforma. En esos vídeos, Pantomima Full (o lo que es lo mismo, el dúo integrado por Alberto Casado y Rober Bodegas, conocidos humoristas y guionistas de televisión) se dedica a mostrar en forma de ácidos comentarios, estereotipos de gente o conductas que todos reconocemos en nosotros mismos o en gente que nos rodea. Todo llevado a cabo desde el nulo uso de un filtro que, en ocasiones, les ha ocasionado alguna crítica (seguro que se acuerdan de la reciente polémica que surgió con un monólogo de Rober Bodegas acerca del pueblo gitano). Supongo que el humor es como todo aquello que es subjetivo: lo que a unos les parece un horror a otros les divierte hasta la médula. A mí, personalmente, teniendo a Gila como el summum del humor, me horrorizan los vídeos de caídas, los ataques personales y las palabrotas sin control que tanto hacen gracia a la mayoría. Pero para gustos están los colores y, en el humor, creo que (casi) todo vale.
En Pantomima Full vamos a encontrar un poco de todo y muy variado, con lo que a mí unas partes me gustaron (5 aplausos) y otras no tanto (2 aplausos). No obstante, lo cierto es que las tres plantas del teatro estaban llenas a reventar (localidades agotadas) y la gente se lo pasó en grande (el chico que se sentaba a mi lado casi se cae una vez del asiento del ataque de risa).
MEMORABLES los sketches del canallita, el runner, el usuario de Wallapop, la taza con mensajes para alegrar tu día, el de los que llevan bandolera (entre los que me encuentro…y a mucha honra) y otros más.
No tan inspirados el del superviviente al incendio, el de Javier Cárdenas (aunque a mí tampoco me guste, ¿qué culpa tendrá su madre?) y el uso excesivo de la palabra “puto” (¿cuántas veces fueron? ¿200?¿300?). Ésos son mis límites subjetivos. ¿Pondrá a prueba los suyos?