Algo que me haga seguir creyendo en lo que hago

Perigallo Teatro: Cabezas de cartel

Perigallo Teatro: Cabezas de cartel
27/10/2022

No parece en la escena inicial que Cabezas de cartel vaya a ser el disfrute que es, el espectáculo tan vivo que ofrece una conversación rapidísima que por momentos no es que parezca improvisada, sino que parece directamente real.
Constantemente los dos actores, dueños y únicos miembros de la compañia de teatro que está escribiendo su próxima función, se hacen preguntas que los taladran por dentro: por qué hacemos teatro, para qué, si queremos priorizar nuestros principios -la cultura en la trinchera, la pasión- o el dinero, para poder vivir mejor, para poder simplemente vivir de esto, para poder seguir haciendo teatro, o si en realidad lo único que queremos hacer cosas de calidad, sea lo que sea eso, a cualquier precio, hacer cosas que nos hagan seguir creyendo en lo que hacemos, como repiten más de una vez.

Todos hemos surfeado alguna vez, mal o bien, esa a veces delgada línea que separa «venderse», signifique lo que signifique eso, de ser fiel a una vocación, a una pasión, a algo que creemos más puro y sagrado que todo lo demás que claramente es, por lo menos, mediocre. Y todavía muchos no sabemos si el pragmatismo debería ir por encima de los valores o al revés. Supongo que depende de cuándo y dónde y para qué. Pero lo que está claro es que vomitar esta cantidad de dudas, preguntas con y sin respuesta a una velocidad casi imposible como lo hacen ellos, sudando, gritando, subiendo, bajando, acercándose, alejándose…  es seguro terapéutico, porque lo es incluso para el que lo escucha.

El texto es magnífico. Hace reír, hace reflexionar, está lleno de idas y venidas a un ritmo al que no le tienen miedo y que hace que nadie se distraiga ni un segundo. Javier Manzanera y Celia Nadal, nombres ficticios y reales de los dos locos sobre el escenario, autores, además de actores, están espléndidos porque es más que evidente que cada palabra que dicen les sale de las vísceras. Porque quizá entonces efectivamente esta conversación es real y por eso nos gusta tanto.

 

 

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