A quien más o a quien menos, la historia de Los últimos días de Pompeya nos llama la atención. Tiene mucho de escalofriante y además es fascinante comprobar cómo continuamos descubriendo aspectos de aquel momento y de esa época.
La experiencia, puramente inmersiva, nos da la oportunidad de vivir los acontecimientos desde el interior, como si de un viaje a través del tiempo se tratara. Encontramos una primera parte de exposición que nos pone en antecedentes, tanto de los hechos como de la propia ciudad de Pompeya. Quizá se eche en falta algo más de contenido en este apartado, que parece hecho como cuando uno espera la cola para montar en una montaña rusa y le entretienen con detalles antes de “lo verdaderamente espectacular”.
El recorrido nos lleva a un gran espacio donde el visitante se verá envuelto por una proyección 360º que nos lleva en un flashback hasta el dramático momento de la erupción del volcán. Proyecciones llenas de belleza y dramatismo, cargadas de dinamismo. Conviene situarse lo más en el centro de la estancia para disfrutar con nitidez de todos los ángulos de la proyección.
Tras esta primera estancia, pasaremos a un nuevo pasillo explicativo que te pone en antecedentes de cómo eran las viviendas y templos de la ciudad para, acto seguido, ponerte unas gafas de realidad aumentada con las que podremos pasear por ellas, y casi tocar cuanto objeto nos encontramos por el camino. Sin duda la mejor parte de la experiencia. Sorprendente, detallista y divertida.
El recorrido finaliza con una visita al circo romano, también con gafas virtuales, esta vez cómodamente sentado. Nos veremos situados en el centro de la arena, donde seremos testigos en primera persona de la lucha de gladiadores, no doy más detalles para reservar algunos elementos a la sorpresa del visitante.
Sin duda es una experiencia divertida y muy recomendable que poder vivir en compañía, ya sea de la familia o de amigos. Quizá se echa en falta algo más de “realismo” en las proyecciones, el exceso de imágenes animadas restan dramatismo e involucración por parte de los visitantes, aun así merece la pena no perdérsela.
