En este 4×4, Ronlalá supera al todoterreno y se mete en varios terrenos: comedia futurista, teatro del absurdo, siglo de Oro… y lidera todos con maestría conjugando 4 obras en 1.
Ronlalá combina lo que antaño fueron los trobadores dentro de un marco contemporáneo haciendo un género único que tiene un componente claro: el teatro en su pura esencia.
El elenco deslumbra por su capacidad para actuar, cantar y tocar múltiples instrumentos. Me cautivó especialmente la voz rasgada de Miguel Magdalena que supo llevarse al público de calle y sacar varias carcajadas con su número de flamenco. Y Juan Cañas y Diego Morales que combinan serenidad y dominio escénico.
Una dirección de escena muy dinámica bien merece la mención de Yayo Cáceres y, sin duda, la palabra siempre bien articulada de Álvaro Tato que pone el sello de garantía a esta obra. Si mi palabra es la ley, como decía Vicente Fernández, Ronlalá sigue siendo el Rey.