La idea radical de trasladar la magia de Madrid al planeta Marte es algo que solo se le podía ocurrir a la pluma ligera de Álvaro Tato, dramaturgo y creador de la compañía Ron Lalá. Con una historia de amor entre una mujer y un marciano, se logra recrear una atmósfera que juega con la magia del viaje a la luna con los aspectos más castizos de nuestra cultura madrileña. Sin caer en el estereotipo o el humor fácil, el talento de esta experimentada formación teatral no defrauda en ninguna de sus partes y nos confía (y confirma) que siempre hay un espacio, en esta lluviosa primavera madrileña, para reírse a pierna suelta en una butaca.
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