La responsabilidad del teatro va de la mano con el papel que también desempeñan los medios de comunicación. Por eso la apuesta de Teatro del Barrio con Estado B. Kitchen / Ruz-Bárcenas de Alberto San Juan casi se erige como un monumento de denuncia pública a las ya conocidas tretas judiciales activadas por la Caja B del Partido Popular. Sin grandes florituras, en un relato crudo que habla por sí solo en un escenario casi desnudo, el acusado se enfrenta al juez, incluye al público como parte de la fiscalía, y muchos empezamos a unir las piezas recogidas en largos reportajes de las cabeceras nacionales. En mitad de la obra los personajes mutan y pasan a ser el comisario Villarejo y el chófer de Bárcenas. Con una pantalla en negro que complementa los datos de la investigación, y una voz en off de San Juan, consiguen además sacar algunas risas entre los asistentes por la casi ridícula realidad que siempre acaba superando a la ficción por su malabarismo con el absurdo. Es casi tan importante el rescate de nuestros clásicos con sus verdades universales, como mostrar la crudeza de la realidad política en la que todos sobrevivimos sin entender a penas nada. Necesario y con su propio mensaje, hacen falta más obras como ésta, que tiene este fin de semana su última ronda de representaciones.
¡Enlace copiado!