Pinocho era un muñeco de madera y luego fue un niño de verdad, ¿no? Pero, ¿Qué pasaría si PIN8 fuera un robot creado por una niña científica (y también vlogger)… y luego cobrase vida? Esta es la premisa de un musical donde disfrutan niños y mayores. Si PIN8 miente, no sólo se le enciende la nariz con una lucecita roja que los niños en la audiencia señalarán tímidos desde su asiento, sino que irá recuperando su cuerpo de robot y, por tanto, dejará de entender las emociones humanas. Si dice la verdad, seguirá siendo un niño de verdad y podrá convertirse en el mejor amigo de Cereza, su creadora.
Grillo y Troyana completan el reparto del musical: otro robot creado por Cereza y, como su propio nombre indica, una troyana que entró en el ordenador de Cereza para, básicamente, fastidiar un poquito. En este espectáculo no se aburren ni niños ni mayores, hay chistes para todas las edades, aprendizaje y moralejas que tienen que ver con la amistad, la sinceridad o el uso de las redes sociales y muy buenos números musicales que hacen de la obra una experiencia completa y para toda la familia.