¿Qué cantarán los trabajadores del campo, cuando el campo sea un campo de placas solares? Una central energética, vaya, llamémoslo por su nombre. A través de sus canciones, nos llega una parte de nuestra historia. Nos llegan las historias cotidianas que no suelen transcender por no ser consideradas de importancia. El campo y el trabajo agrícola no tienen valor. Las historias de las personas que viven y trabajan de ello tampoco. Y su arte, como son las canciones que cantan, no están entre los hits más escuchados. Entonces tenemos el terreno preparado para que vengan las grandes empresas energéticas a hacer su negocio. Y lo que pasa en esas tierras, en esas tierras se queda. ¿O no…?
Gracias a obras de teatro como esta o películas como Alcarràs estas situaciones van más allá de las hectáreas que ocupan los campos que las sufren; y llegan incluso a territorio urbano, a personas a quién todo aquello les parece de otra dimensión, pero que a través de estas propuestas se sienten interpeladas y pueden ser sensibles a una problemática, de la que en realidad, también son partícipes.
Una buen grupo de personas implicadas en el proyecto de la construcción de 168 placas fotovoltaicas en Sant Martí de Tous, en la provincia de Barcelona, en su mayoría vecinos y vecinas, nos explican lo que está pasando y cómo lo viven a través de la Alba Valldaura, Martina Tresserra e Ireneu Tranis, concretamente a través de su oído, puesto que la obra utiliza teatro verbatim. A partir de las palabras que esta gente les cuchichea a los oídos, el canto, los ritmos y, por supuesto, la luz, nos llega lo que allí ocurre con todos los sentidos. El formato es muy próximo y delicado, jugando con elementos y propuestas artesanas y terrenales en combinación con juegos de luces y escenas más futuristas por decirlo de alguna manera, porque en realidad, a pesar de tener una estética futurista, ya están muy presentes.
El teatro tiene mucho de potencial como altavoz (que no es el mismo que dar voz, porque no tenemos que olvidar que voz ya tienen las personas de las cuales hablamos, en este caso incluso está grabada), para dar a conocer realidades que de otra manera serían absolutamente invisibles. Pero para poder tener un efecto real tiene que ser auténtico. Se tienen que llevar a escena estas realidades que realmente nos mueven. Tiene que ser el tema el que tiene que hacer de motor creativo. Si pensamos una temática desde la cabeza y la llevamos a escena sin sentirnos realmente interpeladas, se podrá hacer arte, incluso de calidad, pero acontecerá más un producto estético únicamente, y no un producto estético con la capacidad de crear una reflexión colectiva movilizadora. Y en este caso transmiten su implicación con lo que nos están contando. Nos llega como les interpela a ellos y, desde aquí nos interpela fuertemente también a nosotros, haciendo nuestra por un momento esta causa.
Es un ejemplo de cómo se puede hacer teatro de calidad de una manera sencilla, cuidada, acogedora y con un mensaje social y político auténtico. Después de asistir a esta representación es imposible quedarse indiferente cada vez que escuchemos conceptos como «energía verde», «energías renovables», «energía solar», «placas» y el nombre de uno de tantos pueblos afectados: Sant Martí de Tous.
No perdáis la oportunidad de disfrutar del trabajo que ha hecho este equipo.