Decir que el arte imita a la vida es un hecho muy reconocido pero no por ser una frase tan manida deja de ser cierta. Por medio de un mito como el de Prometeo que está encadenado eternamente por robar el fuego de los dioses; Rulo Pardo, autor y protagonista de esta obra, nos muestra la semejanza que tenemos con este titán griego al que se ha rebautizado como Teo.
Alguien encadenado a algo que le hace sufrir pero de lo que no puede liberarse, una compañía perruna mas real que muchas personas, unas personas que quieren hacer un desahucio…¿es mitología o una noticia del Telediario?
Rulo Pardo nos pone un espejo delante de nosotros y nos hace pensar y sonreir al alimón durante toda la función. La dirección de Rubén Cano le ayuda a mostrar los distintos procesos emocionales por los que pasa así como la sensación de «encierro». Raquel Villarejo está perfecta como contrapunto teatral; entrañable y creible en su personaje de moderna Sancho Panza.
Una función íntima donde cada uno tomará sus propias conclusiones pero tod@s saldrán con ganas de romper sus propias cadenas.