Ir a ver Tina, el Musical ya es suficiente motivo de celebración. El espectáculo es uno de los must see de la temporada, es imperdonable perdérselo. Pero además de esto, el pasado martes 6 de septiembre asistimos a un evento en el mismo Teatro Coliseum. Un evento en el que la misma Kery Sankoh, una de las artistas que da su voz y vida a Tina en el escenario, nos acompañó y presentó. Y es que de celebraciones iba la cosa. Para empezar bien la Segunda Temporada de Tina en Madrid, Tina Turner ha cedido algunos de los galardones de su carrera para una íntima exposición en el Teatro Coliseum. Fue un placer escuchar a Kery hablar de los galardones: un MTV Award, un AMA y nada más y nada menos que dos premios Grammy. Y después, la función.
Tina, el Musical es la historia de la misma artista. En ella recorremos la vida de Tina de mano de sus canciones, de su carrera musical. Y eso ya de por sí es un placer para los oídos, para estar tarareando, cantando y moviéndote al son de la música en la butaca. Recorremos toda su vida desde su infancia en Tennessee, llena de (spoiler) mucho drama, algo de comedia y una espectacular banda sonora, de la mano de un equipo de artistas IM-PRE-SIO-NAN-TES. Astrid Jones, quien interpretó a Tina aquella noche, se dejo la piel en el escenario para darnos una brillante actuación. Al final, parecía que estábamos en un concierto de la misma Tina. Sin palabras. Y sin palabras también por la pequeña Sara Pañero, que interpretaba aquella noche a la pequeña Anna Mae. Acompañadas, cómo no, de un elenco a la altura de la calidad de Tina y de una banda y un equipo igual de entregados. Me he quedado con las ganas de ver a las demás artistas que comparten papeles, la primera Kery.
En un escenario que brillaba por el talento humano me viene una cosa a la mente. En este país lleno de artistas de este calibre, ojalá que no solo se tuviera que recurrir a historias como las de Tina para tener a personas racializadas encima del escenario.