Las comedias no suelen ganar los grandes premios de la crítica, no obstante es un secreto a voces que no hay nada más difícil que hacer reír. Bien, pues las cuatro personas que se suben al escenario de este espectáculo consiguen regalar 90 minutos de risas, 90 minutos de diversión. El humor es una cosa personal, no a todos nos hacen gracia las mismas cosas, pero en una sala llena de personas, las risas y réplicas de las escenas tenían banda sonora continua y era la de un público que no podía parar de reír.
Qué bien sienta ir al teatro, sin saber muy bien que te vas a encontrar e irte a casa con el pecho llenito de alegría. El texto es dinámico, pegadito a la actualidad, una actualidad que todos sabemos nos ha dejado un tanto tocados. Quizá por eso nos hace tanta gracia, porque nos vemos un poco reflejados. Por fin somos capaces de quitarnos las telarañas de la tristeza colectiva de los últimos años y conseguir reírnos de quienes ahora somos. Los dos actores y las dos actrices, que nos encontramos ahí, están sublimes, hacen gracia con lo que dicen, pero todavía más, con lo que no dicen.
Ya debería ser un secreto a voces por todo Madrid, que si este verano quieres aliviarte del calor pegajoso de la capital y ser un poquito más feliz, no puedes dejar de pasarte por los Luchana y disfrutar de esta magnífica comedia.