El tres es un número simpático. Aunque con tres patas una mesa no cojea, tres miembros suelen ser una multitud en el amor. Denise Despeyroux, opta por un tercer lugar, una tercera vía de oxígeno en relaciones asfixiantes, determinadas por distintas obsesiones y patologías. Como el varillaje de un abanico, muestra diversas opciones en las que la libertad queda siempre mal parada, bien por imposición del exterior, bien por decisión limitada.
Varios seres, con emparejamientos desiguales, transitan por un texto de fragmentación capitular. Se relacionan, recuerdan, hablan, no siempre se escuchan, se atacan e invaden y luchan por respirar en atmósferas tóxicas. La batalla, como con los peces fuera de su medio, se sabe perdida de antemano y sólo quedan los personajes redimidos por la a veces tierna mirada de la autora omnisciente. Sus limitaciones y complejos, sus rarezas y movimientos se observan con misericordia ante la propia inconsciencia de su realidad. El humor es un arma poderosa. El humor usado con inteligencia desarma cualquier intento de crítica o desprecio a la debilidad humana. Aquí se da al público un humor de superioridad científica frente a la vitrina de los insectos, que los observa, analiza, juzga y sentencia.
Arropada por la calidad técnica de los montajes del Teatro Español, esta propuesta rezuma intensidad psicológica, giros inesperados, equívocos y suspense de alta comedia con buen ritmo narrativo. Continuar leyendo en …. TRAGYCOM.