Yllana tiene una marca muy personal. Usando el «payaso ruso de colores» o su evolución mas digerible, «el clown nortemaericano» hacen un humor gestual con todos los elementos de estas figuras.
No es fácil crear una premisa de humor (un código que el espectador entienda) con el público. En esto Yllana es magistral, lo consiguen en un tiempo record y se meten al respetable en el bolsillo desde el primer minuto. Su buen hacer gestual, un preciso y contundente manejo del ritmo de comedia y una comunicación fantástica con quien les mira desde el patio de butacas hace que Yllana esté en la cumbre de la comedia gestual.
En Primitals consiguen sumar a esto el canto. ¡Un gran hallazgo! ¡El clown que canta! Puede parecer una tontería, pero es un gran hallazgo teatral. Y a esto hay que añadir que no solo cantan… ¡¡¡cantan y cantan de maravilla!!! The Primitals esta lleno de canciones (de hecho el 95 % del espectáculo es cantado) conocidísimas que ayudan a tejer la historia y a mostrarnos los sentimientos, ambiciones, envidias y maquinaciones de estos cuatro aborígenes.Canciones llenas de arreglos fantásticos, armonías deliciosas y voces maravillosas que sorprenden y entusiasman al público mas exigente.
Sin embargo, hay algo que no me convenció del todo. Algunas canciones eran demasiado largas y rompían el ritmo de la narración, otras no aportaban nada a la obra y parece que su única función fuera ornamental o graciosa (rompiendo también el ritmo de la narración). Esto deja un poso de obra algo lenta en algunos momentos. Es solo mi percepción y puede que me equivoque.
En cualquier caso The Primitals es una comeda con mayúsculas con clowns que cantan muy bien y una historia detrás llena de ternura y humor.