WAH es un show en estado puro: sin desvelar mucho, puedo contar que desde que abres la puerta del espacio que ocupa en IFEMA, te adentras en el universo WAH, un mundo distópico en el que la música está en peligro, y es por ello que hay que celebrarla desde el minuto cero y en todos los rincones del recinto.
Es recomendable ir con tiempo para recorrer todos los espacios del pre-show, cuidadosamente decorado para la ocasión, con varios rincones gastronómicos y con detalles en todos los rincones, como una cortadora de jamón que es a la vez una batería, un guitarra gigantesca que sirve para dar la bienvenida al espacio o una cantina al más puro estilo mexicano. Hay que tener los ojos abiertos, pues en esos espacios van sucediendo acciones que nos dirigirán más tarde al show principal, no te olvides de pasar por el espacio que llaman La Catedral, ahí empieza el pre-show en el que los de Nación Omega quieren aniquilar la música y sus consecuencias positivas en la gente, después de, durante los últimos meses haber recortado libertades y limitar derechos… ¿te imaginas vivir sin música? Por suerte, un grupo de rebeldes ha creado este rincón en Madrid denominado WAH, un sitio clandestino que se opone a ello a golpe de arte. Uno se queda incluso con más ganas de tirar del hilo de esa trama, de la que se nos muestra sólo la idea principal.
Y ahí empieza el gran show: WAH propone algo que gusta a pequeños y mayores, a grupos de amigas, a gente que celebra su cumpleaños, a compis de trabajo… Puesto que recorre un amplio espectro musical que cubre varias generaciones y estilos, y lo hace con un grupo de artistas polifacéticos y que tienen una gran calidad musical, a esto le acompaña una performance bien ambientada, mucho baile, gran variedad de música, un vestuario muy rico y cuidado, y todo ello con un escenario que destaca por el mapping que lo acompaña.